LAS 4 CRISIS EN LA PAREJA
1. Crisis del primer año: el fin de la limerencia. La limerencia, término introducido por la doctora Dorothy Tennov, se refiere a ese estado romántico y obsesivo en el que se experimenta una intensa atracción hacia otra persona y un fuerte deseo de ser correspondido. Este período de idealización suele terminar alrededor del año o año y medio después de iniciar la relación. En esta fase, cada miembro de la pareja empieza a notar los defectos del otro y busca recuperar el espacio personal que había relegado. Muchas relaciones no logran sobrevivir a este momento crítico si no cuentan con un vínculo sólido que las sustente. Si la conexión es fuerte, la pareja podrá avanzar; de lo contrario, es probable que se separen.
2. Crisis de los tres años: el deseo de avanzar. Aproximadamente a los tres años de relación, surge la segunda crisis. En esta etapa, aparece el deseo de llevar la relación al siguiente nivel. Si la pareja no cohabita, esto podría significar iniciar la convivencia; si ya viven juntos, la conversación puede girar en torno a la posibilidad de tener hijos. En este contexto, se evalúa nuevamente el compromiso existente. Las opciones son claras: avanzar a una nueva etapa o enfrentar una ruptura si uno de los dos no se siente preparado para dar ese paso.
3. Crisis de los diez años: hijos y sexualidad. La crisis de los diez años se centra principalmente en dos aspectos: los hijos y la vida sexual. En esta etapa, la atención de la pareja se desplaza hacia los niños y se enfrentan a las diferencias en sus estilos de crianza. La relación, en lugar de enfocarse en la pareja, se ve en términos familiares. En cuanto a la sexualidad, puede quedar relegada, generando dudas e insatisfacción, ya que ambos desean volver a sentirse atractivos y recuperar la intimidad. Esta situación puede conducir a un renacer en la relación o, por el contrario, a su desenlace.
4. Crisis del nido vacío. Para aquellas parejas que han superado las etapas anteriores y logrado un equilibrio, se presenta una "última crisis" conocida como la del nido vacío, que ocurre cuando los hijos crecen y se marchan de casa. En este momento, la pareja debe redescubrir su relación, lo cual puede resultar complicado. Con el paso del tiempo, ambos han cambiado y, sin la presencia de los hijos como punto de unión, pueden experimentar cierta extrañeza mutua. Deberán reinventar su relación para continuar juntos o reconocer que ya no comparten intereses y es hora de buscar caminos individuales.
Reflexión Final
Es importante destacar que cada crisis en una relación puede ser una oportunidad para reevaluar la conexión que se tiene. Ambas partes deben considerar si es mejor continuar juntas o separarse. Al no dejarse llevar por impulsos y reflexionar cuidadosamente sobre sus decisiones, aumentan las posibilidades de elegir lo que realmente les beneficia.