ETAPAS DEL DUELO TRAS UNA PERDIDA

02.11.2024

1. Negación, Incredulidad o Shock

En esta primera fase, es común entrar en un estado de congelación, incapaces de aceptar lo que está sucediendo. Frases como "no puede ser que esto me esté pasando a mí" o "no me creo que esté en serio con lo de dejarme" son habituales. Nos sentimos abrumados por la situación y por la decisión tomada por una de las partes. Es fundamental darse tiempo y espacio para procesar la ruptura, permitiendo que las emociones fluyan y comenzando a afrontar la realidad de la separación.

2. Ira

La ira es una emoción primaria que busca establecer límites y generar distancia con respecto a lo que nos causa dolor. Frases como "qué mala persona ha sido por dejarme" o "he dado tanto y ahora me deja" son ejemplos claros de esta etapa. En este momento, no estamos listos para reflexionar sobre cómo nos afecta la situación, por lo que proyectamos la responsabilidad en el otro. Sin embargo, si no expresamos esta ira adecuadamente, puede volverse autodestructiva. Es crucial canalizar la rabia hacia el exterior, dirigiendo nuestros sentimientos hacia lo que nos ha hecho daño. Este proceso no significa que lo que expresamos sea la verdad absoluta, sino una manera de liberar lo que quedó sin decir durante la fase de negación.

3. Negociación

Una vez que hemos liberado la ira, es el momento de dar un paso atrás y observar la situación con mayor claridad. Es esencial analizar la relación para entender por qué hemos llegado a este punto de ruptura, sin buscar culpables, sino identificando momentos y factores que llevaron al deterioro de la relación. A medida que reflexionamos, empezamos a asumir la responsabilidad que antes evitábamos. Por ejemplo, podríamos darnos cuenta de que no preguntamos lo que nuestra pareja necesitaba o que dejamos de hacer esfuerzos para mantener viva la chispa entre ambos.

4. Tristeza

En esta cuarta fase, surge otra emoción fundamental: la tristeza. Esta emoción refleja la necesidad de procesar la pérdida de algo que ya no regresará. Es una etapa melancólica en la que comenzamos a reconocer lo que hemos perdido y que no podremos recuperar. Frases como "echo de menos…" son comunes en esta fase, ya que se conecta con el dolor profundo y la soledad que se siente al estar sin esa persona. A menudo, se puede desear regresar con la expareja o intentar un último esfuerzo, pero estas ideas suelen surgir desde el miedo a la soledad, no desde un lugar de aceptación genuina.

5. Aceptación

Finalmente, llegamos a la fase de aceptación de la ruptura. Hemos tenido el tiempo necesario para procesar la pérdida y hemos transitado por las etapas anteriores de manera constructiva. En este punto, podemos agradecer a la otra persona por lo que hemos compartido y perdonarnos a nosotros mismos por los errores cometidos. La relación ha llegado a su fin, y esto se refleja en nuestra percepción de nosotros mismos y de la expareja, donde surge también la compasión. Es importante recordar que, aunque el duelo haya concluido, la cicatriz emocional puede permanecer. Esta herida nos recuerda que debemos ser cuidadosos al iniciar nuevas relaciones, evitando repetir patrones dañinos del pasado. El objetivo de atravesar estas fases del duelo es aprender de nuestra experiencia y aplicar esas lecciones en el futuro.

¿Cómo saber en qué fase del duelo estás?

Es relevante señalar que las fases del duelo no son lineales; es posible retroceder a una etapa anterior o avanzar a través de las fases sin llegar a aceptar completamente la ruptura. Cada persona tiene su propio ritmo de procesamiento interno y puede beneficiarse de un espacio de psicoterapia para expresar y asimilar lo que la relación significó.