MI VIDA VA MAL

26.03.2024

El hecho de que estés leyendo este artículo indica que ya has dado un paso importante: reconoces que hay algo en tu vida que te causa malestar. Puede ser un dolor físico, una emoción difícil como la ansiedad o la depresión, o problemas en tus relaciones.

¿Qué es la espiritualidad?

Quizás pienses que la espiritualidad no es para ti, pero todos somos seres espirituales viviendo una experiencia física. Cada experiencia que enfrentamos en la vida, ya sea considerada buena o mala, es solo eso: una experiencia. La clasificación que hacemos de estas vivencias está influenciada por nuestras creencias y valores, pero es crucial reflexionar sobre ellas. Las experiencias difíciles, a menudo, son las que nos enseñan y nos impulsan a crecer.

¿No has notado que después de superar una situación conflictiva te sientes más fuerte o seguro? Es en esos momentos difíciles donde a menudo descubrimos nuestra resiliencia.

La espiritualidad y el disfrute de la vida

Algunas personas creen que al comenzar a trabajar en su espiritualidad, deben renunciar a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Sin embargo, la verdad es que el crecimiento personal no significa privarse de las cosas que amas. La espiritualidad se trata de integrar lo que aprendes sobre ti mismo en tu vida diaria, mejorando así tu calidad de vida sin dejar de disfrutar de lo que te gusta.

Mi propia experiencia ha sido similar: antes de conectar conmigo misma, vivía llena de miedos y preocupaciones. A través de la autoexploración, aprendí a ver mis "situaciones" de manera diferente. Los problemas no desaparecieron, pero cambié mi forma de enfrentarlos y aprender de ellos.

Cómo comenzar a conectar contigo mismo

Te invito a que empieces a explorar lo que hay dentro de ti. A continuación, te propongo un ejercicio sencillo que puedes incorporar en tu rutina:

  1. Encuentra un lugar cómodo: Dedica cinco minutos de tu día, sin interrupciones, para ti mismo.

  2. Conéctate con tu respiración: Siente cómo el aire entra y sale de tu cuerpo. No te preocupes si surgen pensamientos, simplemente obsérvalos.

  3. Reflexiona sobre una situación conflictiva: Con tu respiración regular, piensa en la situación que te preocupa, sin intentar resolverla.

  4. Coloca tus manos: Pon una mano en la frente y otra en la parte de atrás de tu cabeza.

  5. Respira profundamente: Abre ligeramente la boca y respira profundamente durante dos minutos, manteniendo la situación en tu mente.

  6. Identifica la emoción: Pregúntate qué emoción sientes. Permítete vivir esa emoción hasta que se sienta menos intensa.

  7. Finaliza el ejercicio: Cuando sientas que la emoción se ha desvanecido, puedes terminar el ejercicio.

Reflexiona y actúa

Te sugiero que elijas un tema o situación en particular y trabajes en él durante varios días, hasta que sientas que ya no te atormenta. Esta técnica es flexible: puedes utilizarla siempre que lo necesites y en cualquier momento.

Disfruta de este proceso. Cada pequeño paso que des hacia el autoconocimiento te acercará a una vida más plena y significativa. ¡Aprovecha cada momento y agradece tu camino!

Carolina Alvarez Patiño